Estar despierto es salir de un letargo, de una inercia, de un círculo vicioso. Es soltar o dejar ir aquello que nos inmoviliza. Es asumir una responsabilidad que estamos resistiendo. Es desmoronar viejas conexiones y ensamblar nuevas
Estar despierto es esclarecer los estados de la propia identidad abordando dos cosas. Por un lado, descubrir los propios términos; por otro lado, desmantelar los términos ajenos que uno ha tomado como propios.
Afirmar nuestra propia existencia y representarnos a nosotros mismos ante los demás implica conocer los términos de nuestra propia existencia.